lunes, 15 de agosto de 2011

El día después

Como siempre, en esta vida, da igual lo que suceda siempre hay un día después. Aunque el problema es que hacer con ese día. Algunos lo utilizan para seguir adelante; las heridas no son tan profundas como se creía, y los problemas pasan de no tener solución a tenerla, o por lo menos a intuirla. En cambio, otros temen la llegada de dicho día, pues no consiguen ver la luz al final del túnel. Y es precisamente con ellos con lo que mas hay que estar, apoyándoles y haciéndoles ver que, en la vida, las cosas suceden por algo. Y la mayoría de las veces, por algo bueno.

Como les relaté anteriormente, lo que parecía una quedada de amiguetes para visionar la trilogía de El Señor de los Anillos, ver Extendida, acabó en una declaración de intenciones por parte de una de sus integrantes: Almudena. Y el resultado fue que su actual pareja (María) recibió un jarro de agua fría. Sinceramente, creo que algo tan hermoso como el amor de dos personas no debe de negarse así, sin mas. Se que a ella le dolió. Esa negación tan rotunda y tajante me recordó a otra que sucedió hace dos mil años, de un amigo a otro. Espero no sentir jamás esa sensación, ese frío en el corazón, esa herida que sólo es capaz de proporcionarte aquella persona en la cual más confías.

El día después de los hechos relatados, como no podía ser de otra forma, era el comentario general en casa. ¿Por qué lo habrá hecho?. Ella no se lo merecía. Aunque estén enfanadas, eso fue cruel. ¿Quizás María la haya engañado?. Pero eso no es motivo para negar algo que has sentido. Por mas preguntas que nos hacíamos, no encontrábamos una respuesta válida.

Mar llamó a María, para que, con la excusa de terminar de ver la tercera parte de El Señor de los Anillos, viniera a casa y poder hablar con ella. Tal y como temía, llegó contenta y riendo, pero a nadie engañaba. En su corazón no había tal felicidad, mas bien pesadumbre y desconcierto. La fachada se fue desmoronando según iba pasando la noche, y después de sólo dos fajitas y unos cuantos dipas (porque mi niña es de poco cenar) sacamos el tema sin tapujos. Quizás es una de sus mejores cualidades: la sinceridad. Si está triste y le apetece contarlo, te lo cuenta sin ningún tipo de reserva. Y esta vez necesitaba contarlo. Su corazón no lo aguantaba. Siempre con la misma pregunta. ¿Por qué?. ¿Por qué lo dijo?. Aunque quisiera decirlo, ¿por qué no esperar a encontrarse solas?. Podrían haberlo hablado, haber resuelto sus diferencias. En eso consiste una relación. Yo te conozco y tu me conoces. Nos preguntaba pero tampoco sabíamos que contestarle. Lo único que podíamos decirle es que hablara con ella. Estoy seguro que también almu lo estaba pasando mal. Ver sufrir a la persona que quieres o que has querido, no es plato de buen gusto para nadie. Y para almudena tampoco lo es, estoy seguro. Algo le ha pasado. -"ya sabes que tu zorri es reservada para sus cosas"-, le dije, a lo que me respondió, -"cariño, pero con la persona que estás, que se supone que quieres, no lo eres."-. Aseveración irrefutable.

La noche siguió, y quiero pensar que después de hablar con ella, y unos cuantos Baileiy por mi parte, consiguió ver un poco de luz en la oscuridad en que se hallaba sumergida. -"Habla con ella, sabes que te quiere, algo ha pasado. Es tu zorri, la conoces. Habla con ella, pero sin ir con la escopeta cargada. Deja que se explique, que te abra su corazón. Sabes como hacerlo, lo has hecho otras veces. Si la quieres, lucha por ella."-.

Al final, creo que la medio convencimos. Mar le ofreció quedarse esa noche en casa. Así podría terminar de tranquilizarse y ver las cosas de otro modo por la mañana. -"cielo, es mejor que te quede con nosotros, así no pasas la noche sola y por la mañana estoy segura de que verás las cosas de otra manera."-. Pero no quiso. Se lo agradeció, como buena amiga que es, pero tenía cosas que hacer en su casa al día siguiente. -"Te llamo mañana, cielo, a ver como estás"-. Ella la miró con cariño, -"Te quiero cielo, os quiero a los dos. Lo sabéis. Ya os contaré."-.

Mientras caminaba calle arriba, yo la observaba desde mi balcón. Iba con paso firme y deprisa. Cuando desapareció al doblar la esquina, nos miramos los dos. -"¿Que te parece?"-  me preguntó Mar. -"Creo que podrá. Esta niña suele llevar a cabo las cosas que se propone."-.

1 comentario:

  1. Con amigos como vosotros se puede todo. Sé que es difícil, que tenemos mucho que hacer y mucho por lo que pelear. Pero yo creo que merece la pena hacerlo, porque el premio lo merece.
    Os quiero. Gracias por estar a mi lado en esta aventura.

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